Cuando le conectó aquella poderosa izquierda que lo hizo conocer la lona, Saúl Álvarez (57-1-2, 39 KO’s) sabía que tenía a Caleb Plant (21-1, 12 KO’s). Por eso, salió como fiera en la reanudación. El Canelo olió sangre como tiburon y acabó con todo.
Noche histórica para el tapatío, quien es el monarca absoluto de los supermedianos. Noqueó en 11 rounds al estadounidense para quedarse con el fajín de la Federación Internacional de Boxeo, el que le faltaba. Los une al del Consejo Mundial, la Asociación y la Organización. Primer mexicano que lo consigue.
La dinamita apareció en el cuarto round, cuando el tapatío por fin esquivó los largos brazos del estadounidense. Entonces sí, estrelló sus albos guantes en el rostro de Plant, quien se cimbró al sentir el poder del hoy histórico campeón absoluto de los supermedianos. El alarido en la Arena del MGM Gran Garden fue ensordecedor, estremecedor.
El Canelo obsequió eso que tanto le piden: trinitrotolueno… Y el adversario lo padeció.
Quedó claro en los siguientes episodios, cuando Plant comenzó a respirar por la boca y a buscar las cuerdas, mientras el mexicano avanzaba con la mirada fija en su rostro, ese que mancilló en varias ocasiones con potentes combinaciones, aunque los golpes estelares vinieron con su poderoso puño derecho.
Llegaron otros con el zurdo, pero Caleb no caía, lo que causó desesperación en Álvarez, quien maldecía al término de cada capítulo. Hasta que noqueó.